Mejora de la Calidad e Innovación en los Trabajos de Fin de Grado y de Máster
LA PARADOJA ORGANICISTA DE LA ENSEÑANZA DE LA ARQUITECTURA: ENSEÑAR COMO EPIGÉNESIS, PALINGÉNESIS O EX-NIHILO.
Tras las acciones de mejora de años anteriores para los TFM, donde se ha trabajado en la mejora de la tasa de rendimiento en la entrega de los TFM, se constata que la preferencia de los estudiantes en la elección de la línea profesional, más que en la línea de investigación. Sin embargo, a los efectos formativos, los estudiantes reciben formación común y específica de las dos temáticas en ambas líneas. La diferencia está en la intensificación que se le da, en los talleres metodológicos, y en la elección de 3 materias optativas diferentes en cada línea. En todo caso, es indicativo que los estudiantes prefieran cursar asignaturas de habilidades técnicas para el ejercicio de la profesión.
Se trata de trabajar coordinadamente en 4 asignaturas, donde las metodologías docentes se entrecrucen, alimentando así a todos los TFMs, independientemente de su temática, siguiendo este esquema:

Así, todos los TFMs tendrán dos apartados que cumplimentar, a añadir a los que el trabajo demande. Uno se basará en el concepto de Renaturalización y el otro deberá completar una proyección de su investigación para que pueda en un futuro ser real.
Sobre renaturalizar, la asignatura de metodología asociada a la Línea Investigación desarrolló una definición que fue subida a Wikipedia ( https://es.wikipedia.org/wiki/Renaturalizaci%C3%B3n ) y que desde hace años es aceptada como la definición a tener en cuenta en español. Es importante porque es muy exigente y participan muchos investigadores en todo el mundo para determinar su pertinencia. No es fácil que acepten un término que, además, es susceptible de ser matizado por la comunidad internacional especializada en el tema. Querríamos que, en las presentaciones de los estudiantes, que ahora solo atienden a hacer bien el papel de su presentación, sea un aprendizaje a tener en cuenta por las aportaciones de todos los TFMs desde todos los puntos de vista posibles. Ese término será hilo conductor en el Taller de Metodología Profesional igualmente. Se tendrán sesiones conjuntas en las dos líneas y no separadas como hasta ahora, y este año, el seminario internacional con el que tratamos de renovar los contenidos de las asignaturas estará dedicado a la relación aprendizaje-profesión. En ese sentido, la revista Astrágalo tendrá un CfP para septiembre 2025 sobre ese tema donde podrían publicarse las reflexiones que se hagan en el seminario internacional, que se llamará como este proyecto de innovación. Todos los estudiantes podrán enviar propuestas de comunicaciones y habrá invitados internacionales.
Con estos impulsos colectivos colaborativos se pretende ampliar las oportunidades de aprendizaje con una concentración temporal que anime a entregar en el plazo de un curso y que la calidad sea aún mayor que la que ahora se exige. Al mismo tiempo, dado que habrá formadores externos y los equipos docentes implicados han de trabajar muy en común, se pretenden renovar las actuales formas de impartición, dinamizándolas, y logrando multiplicar los resultados de aprendizaje, concretados en productos de difusión y en encaminamientos profesionales.
Cantidad concedida: 1100 euros para el año 2025
Los profesores implicados son:
Carlos Tapia Martín, Domingo Sánchez Fuentes, José Enrique López-Canti Morales, Félix de la Iglesia Salgado, María Prieto Peinado, David Moreno Rangel, Ángela Barrios Padura, Carmen Díaz López, Ángel González Morales, Esteban de Manuel Jerez, Ana Diánez Martínez, Antonio García Martínez, Rafael Herrera Limones, María Carrascal Pérez.
MEMORIA DE LA ACTIVIDAD. CONGRESO INTERNACIONAL.
LA PARADOJA ORGANICISTA DE LA ENSEÑANZA DE LA ARQUITECTURA: ENSEÑAR COMO EPIGÉNESIS, PALINGÉNESIS O EX-NIHILO.

Fig. 1. Cooper Union. The Irwin S. Chaning School of Architecture. Nueva York. Febrero 2020.
Introducción
La paradoja organicista de la enseñanza de la arquitectura radica en el contraste entre el enfoque teórico y el práctico en la formación de los futuros arquitectos. Este concepto pone de relieve una tensión fundamental: por un lado, la disciplina busca una formación «orgánica» que integre todos los elementos necesarios para desarrollar una arquitectura coherente, funcional y creativa; por otro, la propia enseñanza tiende a fragmentarse en áreas especializadas que dificultan una visión holística del proceso arquitectónico.
El enfoque organicista aspira a replicar la complejidad de la arquitectura como un sistema vivo, donde cada elemento —diseño, estructura, materiales, contexto sociocultural y ambiental— se interrelacione armónicamente. En teoría, la enseñanza de la arquitectura debería reflejar esta interconexión, formando a los estudiantes para abordar proyectos integrales que respondan a diversas escalas y dimensiones. Sin embargo, en la práctica, las escuelas de arquitectura suelen dividir el aprendizaje en disciplinas aisladas, como construcción, diseño urbano o historia, separadas por metodologías y objetivos específicos.
Esta fragmentación, aunque necesaria para cubrir el amplio espectro de competencias requeridas, genera una desconexión que contradice el ideal organicista. Los estudiantes pueden sobresalir en áreas técnicas o teóricas específicas, pero carecer de las habilidades para articularlas dentro de un proyecto cohesivo. La paradoja se hace más evidente en la tensión entre la enseñanza basada en reglas y técnicas establecidas y la necesidad de fomentar la creatividad y el pensamiento crítico para enfrentar los desafíos contemporáneos.
El problema también se refleja en la rigidez del marco académico, que a menudo prioriza estándares tradicionales sobre la adaptabilidad a contextos locales o emergentes. La arquitectura, como práctica social, exige una sensibilidad hacia lo político, lo cultural y lo ecológico, aspectos que pueden quedar relegados cuando la formación se limita a cumplir con estándares universales. Esta falta de flexibilidad contradice la noción de una arquitectura «orgánica» capaz de responder a contextos específicos y a las demandas cambiantes del entorno construido.
Otra dimensión de esta paradoja surge en la relación entre el «hacer» y el «pensar». Si bien la arquitectura es profundamente material, la enseñanza tiende a enfatizar las dimensiones teóricas y conceptuales, dejando en segundo plano las habilidades prácticas necesarias para materializar un proyecto. Esto puede llevar a egresados que dominan la teoría, pero carecen de experiencia en la implementación técnica, o viceversa.
Para abordar esta paradoja, es necesario replantear los modelos pedagógicos en arquitectura, promoviendo una integración genuina entre teoría y práctica, entre las dimensiones técnicas y sociales del diseño. Esto implicaría diseñar currículos más flexibles, fomentar el aprendizaje interdisciplinario y priorizar métodos que permitan a los estudiantes experimentar con soluciones innovadoras en contextos reales. Solo así será posible superar la fragmentación inherente al sistema educativo actual y formar arquitectos capaces de enfrentar los retos complejos y dinámicos de nuestro tiempo.
La docencia de John Hejduk en Cooper Union fue transformadora, marcando un hito en la enseñanza de la arquitectura en el siglo XX. Como decano de The Irwin S. Chanin School of Architecture en Nueva York desde 1975 hasta 2000, Hejduk desarrolló un enfoque pedagógico único, centrado en la exploración conceptual y poética del espacio arquitectónico. Su metodología fomentaba el pensamiento crítico y la creatividad radical, alejándose de los métodos convencionales para impulsar una arquitectura que respondiera tanto a desafíos técnicos como a preguntas existenciales. Hejduk promovió un aprendizaje interdisciplinario, vinculando arquitectura, filosofía, literatura y arte, y posicionando a Cooper Union como un epicentro de la innovación arquitectónica. Su énfasis en los «Proyectos de Máscaras» y en estructuras narrativas desafiaba las nociones tradicionales de función y forma, animando a los estudiantes a explorar la dimensión simbólica de la arquitectura. Bajo su liderazgo, Cooper Union formó arquitectos influyentes, estableciendo un legado de rigor intelectual y sensibilidad artística que sigue resonando en la práctica y teoría arquitectónica contemporánea.
¿Cómo se puede ser líder en un contexto geográfico para tener la clarividencia de vislumbrar en la fase formativa que se puede estar preparado para un mundo que aún no existe? La Escuela de Arquitectura de Sevilla quiere tener protagonismo en la respuesta a esa pregunta.
Con el subtítulo “enseñar arquitectura como epigénesis, palingénesis o ex-nihilo” sintetiza tres enfoques sobre la creatividad arquitectónica en relación con la tradición, la innovación y la transformación. En el contexto de la enseñanza, estas perspectivas invitan a reflexionar sobre cómo se produce el conocimiento y la práctica arquitectónica.
Entender la arquitectura como epigénesis implica partir de lo ya existente, viendo en las estructuras heredadas un terreno fértil para el crecimiento y la transformación. Este enfoque valora la continuidad y la evolución, donde la enseñanza fomenta la adaptación y reinterpretación creativa de lo establecido, sin romper necesariamente con los fundamentos originales.
Por otro lado, la arquitectura como palingénesis se centra en la regeneración. Aquí, la enseñanza impulsa una revisión crítica de lo anterior, un proceso de renovación que reimagina los conceptos tradicionales y les otorga nuevos significados. Este enfoque supone un compromiso con el pasado, pero desde una postura transformadora que busca revitalizarlo para responder a las necesidades contemporáneas.
Finalmente, concebir la arquitectura como ex-nihilo representa la creación desde cero, donde la imaginación no está atada a ninguna referencia previa. Este enfoque desafía a los estudiantes y arquitectos a concebir nuevas formas, sistemas y espacios, promoviendo una creatividad radical y sin restricciones.
Estas tres perspectivas invitan a una pedagogía flexible, que aborde el acto creativo desde lo heredado, lo regenerado y lo completamente nuevo.
Objetivos
Cuando se propone un evento académico para el avance del conocimiento por intercambio de trabajos, experiencias, desarrollos reflexivos, se entiende que es ése su principal objetivo: el ámbito de los interlocutores como espacio de productividad y la posterior transferencia en medios de difusión de calidad contrastada. Sin embargo, un evento universitario debe establecer una prioridad de inmediatez de transferencia haciendo partícipe a otros ámbitos tan cruciales como la investigación, como es la docencia, en sus distintas etapas formativas.
Este evento que proponemos hace parte de un proyecto de innovación que ya tiene un respaldo institucional, pero con una financiación limitada, para el alcance perseguido.
El máster en Ciudad y Arquitectura Sostenibles elige cada anualidad una asignatura para convertirla en un Seminario Internacional, del que obtener unas mejoras conceptuales, temáticas, para transferir directamente a los estudiantes de ese curso, en un debate más amplio que el cuadro de participantes oficiales, pero también para la mejora de formación de esos profesores estables en la impartición del título.