
Título: La paradoja organicista de la enseñanza de la arquitectura: Enseñar como epigénesis, palingénesis o ex-nihilo.
Fecha: jueves 5 y viernes 6 de junio de 2025.
Modalidad: Presencial y retransmitido por TEAMS. Para estudiantes que no estén matriculados en el MCAS es necesaria su inscripción enviando email a ctapia@us.es
(actividad convalidable para el programa de doctorado en arquitectura)

El primer día se tratará un argumento que también será un monográfico de la revista Astrágalo:
A40 (2025) DESDIBUJANDO LAS FRONTERAS | EXPLORANDO LAS INTERSECCIONES ENTRE LA FORMACIÓN ARQUITECTÓNICA Y LA PRÁCTICA PROFESIONAL

^El mundo real.
^Preparados para la Práctica.
^Preparados para el puesto.
Todas estas son frases comunes que se utilizan en la educación arquitectónica cuando describimos la preparación de los graduados para completar su título y también cuando conversamos con los profesionales sobre las expectativas de la industria. Por supuesto, es importante que los graduados salgan de la educación superior listos para trabajar y que tengan la confianza para participar en las tareas de la oficina. Si bien no es el único objetivo de la educación arquitectónica, el objetivo principal idealmente debería ser la empleabilidad, pero ¿qué otros componentes son importantes a la hora de formar a los arquitectos del futuro?
Cuando se habla de la universidad con los grupos de educadores de 16 a 18 años, un tema común suele ser si un estudiante está listo para la universidad. ¿Su educación anterior los ha preparado lo suficiente para dar el siguiente paso hacia la educación superior? ¿Qué preparación se ha realizado para explorar esta intersección y se ha brindado el apoyo adecuado para crear una trayectoria exitosa? Este tema de la preparación también es un tema común entre los educadores de pregrado, ya que analizamos si la formación académica de un estudiante lo ha preparado para sentirse lo suficientemente preparado para la educación en arquitectura. Durante décadas, también ha sido común interrogar sobre las intersecciones que se producen entre los niveles educativos en la escuela de arquitectura. Al hacerlo, la práctica y la comprensión pedagógicas han evolucionado para crear métodos de enseñanza y proyectos que sean apropiados para el nivel «ahora» cuando se reciben los estudiantes entrantes, pero también para el futuro. A través de este elemento de planificación anticipada, los educadores apuntan a garantizar que los estudiantes de la educación arquitectónica y los campos de diseño relacionados ingresen a la práctica profesional con el conocimiento adecuado y un conjunto de herramientas para desempeñarse con éxito.
Una pregunta que quizás se hace con menos frecuencia sería: ¿están las prácticas y la industria “ preparadas” para nuestros estudiantes y qué reflexiones se están produciendo dentro de la industria en términos de tutoría que respondan al mundo en constante cambio y, a su vez, a la formación arquitectónica?
Esta particular intersección entre la educación superior y la práctica profesional ha sido motivo de debate durante muchas décadas. Con la profesión en constante evolución y cambio para adaptarse a nuestra sociedad y clima cambiantes, uno podría preguntarse si es posible formar a los graduados para que estén «preparados» para el mundo real. En la misma línea, la educación arquitectónica sigue enfrentándose a presiones para satisfacer las necesidades de nuestros estudiantes entrantes, quienes, año tras año, también están cambiando en términos de sus necesidades, aspiraciones y habilidades. Los estudiantes de hoy se incorporan a la educación arquitectónica expertos y altamente capacitados en tecnologías y software que los estudiantes de hace una década no eran. También son mucho más conscientes de los desafíos que presenta la crisis climática; lidian con la crisis financiera que está afectando y están familiarizados con la necesidad de una mayor conciencia de la igualdad, la diversidad y la inclusión. Como tal, es necesario que la educación arquitectónica se adapte y se adapte a estos nuevos tipos de estudiantes para crear nuevos planes de estudio reflexivos que aborden temas como la inclusión; IA, BIM y nuevos materiales (por mencionar algunos), así como para encontrar nuevos métodos pedagógicos para impartir contenido. A medida que la educación arquitectónica va ajustando la etapa inicial de la formación de los arquitectos, ¿cómo están reaccionando los estudios a los cambios en nuestros graduados? ¿Qué conversaciones se están dando dentro de la profesión y dentro de la educación arquitectónica sobre esta encrucijada después de la graduación y cómo se está abordando?
En ambos lados de esta encrucijada crítica, tanto en la formación como en la profesión de arquitectura, se han producido cambios forzados como resultado de la pandemia y la crisis climática. Del mismo modo, las noticias sobre arquitectura han puesto de relieve el maltrato, el acoso, los bajos salarios, la misoginia y otros fenómenos peores que se producen en el ámbito interno. Los cambios que se avecinan en la formación universitaria de arquitectos también plantean nuevos desafíos que deben abordarse. Por tanto, este resumen plantea la cuestión de cómo debería ser la formación de arquitectos futuros y cómo debería abordarse la intersección entre ambas a medida que avanzamos. ¿Cómo nos preparamos para un futuro desconocido?
Este resumen invita a académicos, investigadores y estudiantes a dar ejemplos de proyectos y pedagogías que se utilizan para preparar a los estudiantes para la profesión y a discutir cómo nuestro trabajo dentro de la educación arquitectónica está equipando a los estudiantes con las habilidades y el conocimiento necesarios para la oficina. El resumen también invita a los profesionales, que pueden o no estar en la línea divisoria entre la educación y la práctica, a presentar trabajos que discutan cómo la industria está evolucionando para prepararse para recibir a los nuevos graduados y cómo la profesión está trabajando para adaptarse a los cambios que ocurren dentro de la educación arquitectónica.
Los artículos que respondan a este resumen deben tomar posición, en primer lugar, sobre qué se entiende por “listo para la práctica” y “el mundo real”. También será necesario declarar una posición como educador, practicante o ambos.
El segundo día tendrá esta temática:
La paradoja organicista de la enseñanza de la arquitectura radica en el contraste entre el enfoque teórico y el práctico en la formación de los futuros arquitectos. Este concepto pone de relieve una tensión fundamental: por un lado, la disciplina busca una formación «orgánica» que integre todos los elementos necesarios para desarrollar una arquitectura coherente, funcional y creativa; por otro, la propia enseñanza tiende a fragmentarse en áreas especializadas que dificultan una visión holística del proceso arquitectónico.
El enfoque organicista aspira a replicar la complejidad de la arquitectura como un sistema vivo, donde cada elemento —diseño, estructura, materiales, contexto sociocultural y ambiental— se interrelacione armónicamente. En teoría, la enseñanza de la arquitectura debería reflejar esta interconexión, formando a los estudiantes para abordar proyectos integrales que respondan a diversas escalas y dimensiones. Sin embargo, en la práctica, las escuelas de arquitectura suelen dividir el aprendizaje en disciplinas aisladas, como construcción, diseño urbano o historia, separadas por metodologías y objetivos específicos.
Esta fragmentación, aunque necesaria para cubrir el amplio espectro de competencias requeridas, genera una desconexión que contradice el ideal organicista. Los estudiantes pueden sobresalir en áreas técnicas o teóricas específicas, pero carecer de las habilidades para articularlas dentro de un proyecto cohesivo. La paradoja se hace más evidente en la tensión entre la enseñanza basada en reglas y técnicas establecidas y la necesidad de fomentar la creatividad y el pensamiento crítico para enfrentar los desafíos contemporáneos.
El problema también se refleja en la rigidez del marco académico, que a menudo prioriza estándares tradicionales sobre la adaptabilidad a contextos locales o emergentes. La arquitectura, como práctica social, exige una sensibilidad hacia lo político, lo cultural y lo ecológico, aspectos que pueden quedar relegados cuando la formación se limita a cumplir con estándares universales. Esta falta de flexibilidad contradice la noción de una arquitectura «orgánica» capaz de responder a contextos específicos y a las demandas cambiantes del entorno construido.
Otra dimensión de esta paradoja surge en la relación entre el «hacer» y el «pensar». Si bien la arquitectura es profundamente material, la enseñanza tiende a enfatizar las dimensiones teóricas y conceptuales, dejando en segundo plano las habilidades prácticas necesarias para materializar un proyecto. Esto puede llevar a egresados que dominan la teoría, pero carecen de experiencia en la implementación técnica, o viceversa.
Para abordar esta paradoja, es necesario replantear los modelos pedagógicos en arquitectura, promoviendo una integración genuina entre teoría y práctica, entre las dimensiones técnicas y sociales del diseño. Esto implicaría diseñar currículos más flexibles, fomentar el aprendizaje interdisciplinario y priorizar métodos que permitan a los estudiantes experimentar con soluciones innovadoras en contextos reales. Solo así será posible superar la fragmentación inherente al sistema educativo actual y formar arquitectos capaces de enfrentar los retos complejos y dinámicos de nuestro tiempo.
La docencia de John Hejduk en Cooper Union fue transformadora, marcando un hito en la enseñanza de la arquitectura en el siglo XX. Como decano de The Irwin S. Chanin School of Architecture en Nueva York desde 1975 hasta 2000, Hejduk desarrolló un enfoque pedagógico único, centrado en la exploración conceptual y poética del espacio arquitectónico. Su metodología fomentaba el pensamiento crítico y la creatividad radical, alejándose de los métodos convencionales para impulsar una arquitectura que respondiera tanto a desafíos técnicos como a preguntas existenciales. Hejduk promovió un aprendizaje interdisciplinario, vinculando arquitectura, filosofía, literatura y arte, y posicionando a Cooper Union como un epicentro de la innovación arquitectónica. Su énfasis en los «Proyectos de Máscaras» y en estructuras narrativas desafiaba las nociones tradicionales de función y forma, animando a los estudiantes a explorar la dimensión simbólica de la arquitectura. Bajo su liderazgo, Cooper Union formó arquitectos influyentes, estableciendo un legado de rigor intelectual y sensibilidad artística que sigue resonando en la práctica y teoría arquitectónica contemporánea.
¿Cómo se puede ser líder en un contexto geográfico para tener la clarividencia de vislumbrar en la fase formativa que se puede estar preparado para un mundo que aún no existe? La Escuela de Arquitectura de Sevilla quiere tener protagonismo en la respuesta a esa pregunta.
Con el subtítulo “enseñar arquitectura como epigénesis, palingénesis o ex-nihilo” sintetiza tres enfoques sobre la creatividad arquitectónica en relación con la tradición, la innovación y la transformación. En el contexto de la enseñanza, estas perspectivas invitan a reflexionar sobre cómo se produce el conocimiento y la práctica arquitectónica.
Entender la arquitectura como epigénesis implica partir de lo ya existente, viendo en las estructuras heredadas un terreno fértil para el crecimiento y la transformación. Este enfoque valora la continuidad y la evolución, donde la enseñanza fomenta la adaptación y reinterpretación creativa de lo establecido, sin romper necesariamente con los fundamentos originales.
Por otro lado, la arquitectura como palingénesis se centra en la regeneración. Aquí, la enseñanza impulsa una revisión crítica de lo anterior, un proceso de renovación que reimagina los conceptos tradicionales y les otorga nuevos significados. Este enfoque supone un compromiso con el pasado, pero desde una postura transformadora que busca revitalizarlo para responder a las necesidades contemporáneas.
Finalmente, concebir la arquitectura como ex-nihilo representa la creación desde cero, donde la imaginación no está atada a ninguna referencia previa. Este enfoque desafía a los estudiantes y arquitectos a concebir nuevas formas, sistemas y espacios, promoviendo una creatividad radical y sin restricciones.
Estas tres perspectivas invitan a una pedagogía flexible, que aborde el acto creativo desde lo heredado, lo regenerado y lo completamente nuevo.
Las jornadas acabarán con la conferencia de clausura, a cargo del profesor chileno David Jerez, y con la entrega de diplomas de aprovechamiento a los estudiantes MCAS.
